Dios sana - Cómo podemos desarrollar en nosotros las fuerzas positivas las fuerzas divinas puras?

La enfermedad es un mal. Dios no creó males. Por eso tampoco existen. Aunque existan en lo externo, en lo material, no tienen ninguna existencia real en Dios, en nuestro verdadero ser.
Por tanto, deberíamos afirmar nuestro verdadero ser: Dios creó al ser espiritual absoluto y puro, al cuerpo espiritual que está en nosotros, con toda su luz y fuerza. O sea que no debemos afirmar la existencia de la enfermedad, pues le damos una fuerza y una capacidad de persistencia que ella no posee de por sí.
La condición esencial es que la persona se dirija a Aquel que es la vida. El ser humano tiene que cambiar de modo de pensar y poner ahora pensamientos positivos, decididos, constructivos y estimulantes en lugar de pensamientos negativos que van sin rumbo fijo y son cavilosos.
El ser humano trata frecuentemente de alcanzar la fuerza de la sanación interna sumergiéndose en su interior, donde fluye el manantial de la vida, orando, meditando, por medio de pensamientos positivos y de una alimentación determinada. A pesar de ello no consigue entrar totalmente en la esfera de vibración en la que es posible la sanación a través del Espíritu de Dios. Si nos sentimos más o menos en armonía, si nuestros pensamientos son en su mayor parte positivos, y a pesar de todo sentimos que no elevamos nuestra consciencia, en ese caso deberíamos mirar en nuestro interior.
Deberíamos también observar si no hay desavenencias internas, peleas, rabia, odio y otras disonancias en la familia. Estos impulsos molestos pueden influir en la persona orientada hacia el interior. Le pueden evitar que entre en la armonía en la que le es posible establecer un contacto más intenso con el Médico y Sanador Interno. Si la familia es desarmoniosa, entonces es aconsejable que el enfermo mismo trate de llevar armonía a la familia.
Deberíamos hacernos conscientes y orientarnos de la manera siguiente: Dios, nuestro Señor, no creó la enfermedad. Por lo tanto, en Su realidad la enfermedad tampoco existe. O sea que nunca deberíamos pensar que estamos enfermos. Abandonemos la sensación de enfermedad y determinemos que estamos sanos. Entonces despierta nuestra consciencia celular y nos regala fuerza y también paz en abundancia. Aquel que pide las corrientes curativas tiene que orientar sus pensamientos hacia la fuerza curativa, hacia la verdad, y hacerse consciente de que él es un hijo de Dios y por eso una realidad espiritual.

Cuando traspasemos las densas nubes del mundo de apariencias externas y captemos de nuevo nuestra naturaleza espiritual, entonces podremos decir convencidos: Yo soy un hijo de Dios.
Para llegar a ser capaces de pensar de manera positiva y desarrollar pensamientos de salud, no deberíamos vernos como seres físicos. Ser un ser humano implica en sí inestabilidad, propensión a enfermar y destrucción. Deberíamos hacer lo contrario y reconocernos como un ser eterno indestructible, que puede florecer en Dios, su señor y padre.
Por muy crítico que sea nuestro estado actual, por muy debilitada que esté la persona, todo eso no es lo esencial. Es solo una apariencia externa. La apariencia externa es una imagen sombría, y las imágenes sombrías no son idénticas a la realidad.
Nuestro ser puro, el núcleo divino del alma, no conforma ninguna unidad con la enfermedad. Tenemos que ampliar y elevar nuestra consciencia a través de pensamientos positivos, a través de ondas de salud, para que pueda entrar en una comunicación más intensa con el núcleo divino del alma, con el espíritu absoluto. De ello resulta una corriente intensificada del espíritu que entonces actúa por el bien del alma y la curación del cuerpo. De esta manera al espíritu de Dios le es posible disolver una enfermedad y hacerla desaparecer, así como lo hace el sol con las nubes. Pero nosotros debemos dar el primer paso: tenemos que ampliar nuestra consciencia, elevarla y entrar en una comunicación más intensa con el núcleo divino, con lo divino en nosotros.

Editorial Gabriele
Español
ISBN: 978-3-96446-050-9
Ref.: S309es
Libro de 116 págs.
Precio: 11,00 €
También puede descargar en la web extracto en PDF gratis

Newsletter - Suscríbase a nuestro boletín gratuito y estará siempre al tanto de todas las novedades. Este es un servicio gratuito. Puede darse de baja en cualquier momento.

https://editorialgabriele.com/